Como sabéis, el nombre de nuestra cerveza «La Maricantana» se inspira en un personaje popular de la cultura Becerrileña.
El 14-01-2012 Eugenio Martínez García presentó en Becerril de Campos su Romance de la Maricantana.
ROMANCE A LA MARICANTANA
PROLOGUILLO
“Con lo tarde que la noche se acaba
Y con lo pronto que otro día se viene,
Hay, quien apenas si se recordaba
De acabar aquello que entre manos tiene”.
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En Becerril donde ahora me encuentro
En calma y sin saber en que dar,
Vine a verme casi en el centro
De lo que ahora les voy a relatar.
Decían las personas mayores
Las más viejas del lugar,
Tener sus ciertos temores
Sobre un cante de lagar.
Unos defendían que aquel cante
Apenas si tenía basamento,
Otros, los que tiraban “palante”
Bien lo hacían de su fundamento.
Trataban de cómo resolver
En su encendida contienda,
El modo, y la forma de ver
Y no apostar en ello la hacienda.
¡Es un cuento que nos desconcierta
De aquellos de ventana en ventana,
Y nunca sabremos a ciencia cierta,
Decían: quien seria la Maricantana.
-Que cosas hay en este pueblo
Pensé para mis adentros
Y todo porque nadie sabía
Se era viva o muerta era,
Si con carne en los sus dedos
O en los sus pies madera.
Y esto es lo que pude averiguar
Con el alma casi en un pañuelo,
Tras a unos y a otros preguntar
Pensando que todo era un señuelo.
-Más antes les he de decir:
Que he de saber de que se trata
Y puede que sin mucho tardar,
Más si la solución no me es grata
A buen seguro, me la he de inventar.
Era la moza de no se sabe donde
Dotada de muy buena disposición,
Estaba al servicio de un Conde
Y este la honraba en distinción.
Vivía sana y libre a más de alegre
Eso si, con la lejana esperanza,
De ser alguna vez, la señora
De algún señor en la lontananza.
Más, pasó que un día fue requerida
Por decir algo, dicen que de amores,
Por un apuesto aunque rudo zagal
Que servía donde otros señores.
Él no llegó a sobrepasarse
Ni menos, la llego a deshonrar,
Que ella bien supo defenderse
Y de su vida le pudo arrojar.
Más cual Dolores la de la copla
Vino a verse la desdichada,
Pues por el palabrerio que sopla
Se trocó en más que desgraciada.
¡No puedo vivir, no me siento,
Esto no lo puedo ya sufrir!
¡Me voy donde corre el viento
Para un nuevo resurgir!
Más me valdrá la mi honra
Perdida en aqueste andurrial,
Pensaba la buena moza
Cuando huía por el lodazal.
Nadie sabe cuando se marcho,
Ni si se fue con lo puesto,
Ni si fue el Conde el que la echo,
Ni los tiempos que hace esto.
Dicen que se fue por la Barbacana
Otros que por la Fuente del Lugar
Y algunos en la Fuente Vieja
Creyeron haberla visto refrescar.
Y no ha vuelto por el pueblo
Ni por Pascua ni por San Juan,
Será que no la hace falta
Ni que la vean… ni el que dirán.
Dijeron que en su deambular
Si que la vieron por Castorreño,
Mala fama cogio el buen lugar
Ya que en él, puso ella su empeño.
Las pocas veces que fue vista
Lo fue de lejos y a media tarde,
Más como la soledad la hizo lista
Huia, de velocidad haciendo alarde.
Ya se ha dicho atrás y sin dudarlo
Que acaso no tuvo la culpa de nada,
Más buena la preparo sin pensarlo
Con su decisión la condenada.
Y esa que llaman, inventiva popular
Que más bien o nada tiene de buena,
Diola así, con sus dardos en colocar
Como una más de las ánimas en pena.
La ocasión la pintan calva
Pensaron algunos padres,
La emplearemos a nuestro favor
Dijeron también las madres.
¡Niño, que la Maricantana viene!
Fue la frase más temida,
¡Que la mano en la puerta tiene!
Si pronto no acabas la comida.
-Y…volvemos a lo de siempre
¿Existió?, ¿no existió?, ahí va mi respuesta
Y se la doy sin gran derroche,
Porque arando en aquella cuesta
Creí verla, más de una noche.
Más lo voy a dejar quieto y estar,
Puede que algún día con fiebre,
Lo que vi, por delante de mí pasar
Fue, algo así como una liebre.
Así pues, la señora Maricantana
¿Es una señora donde las “haiga”,
O es un cuento de ventana
Para que la gente se distraiga?
¡Que siga flotando en el ambiente,
La Maricantana y quien la ideara!
¡Que funcione el subconsciente,
Como si aún nos merodeara.
Y tanto, tanto, hablamos de ella…
Que, puede que al hilo de todo esto
Algo la llamara su atención,
Pues llevando en la mano un cesto
Bajo el “Día de la Ambientación”.
A muchos les causo espanto
A otros un enorme horror
Al ver a la que hacia tanto
Tenían gran miedo y terror.
Traía una imagen de San Isidro
Sartén, cachava y una esquila,
Y para la Misa, traía su libro
Que ella estaba “pasada por pila”.
No se haga mi señor más conjeturas
Deje las cosas ya en su lugar,
Y olvide estas agitadas lecturas
Que mañana habrá que madrugar.
Esto le decía el buen Sancho
A Don quijote en su Rocinante,
Sentado en su Rucio y bien ancho
Con su voz de escudero andante.
Señores, los tiempos han cambiado
Hoy estos miedos ya no existen,
Porque aquel oscuro temor infantil
Es hoy, y vaya como es: LA CERVEZA DE BECERRIL
Y….Colorín, colorado
Si les ha gustado el relato
Se lo agradezco de corazón,
Que casi les hago un alegato
De cómo perder la razón.
Y si en algo les he faltado
O en algo les he ofendido,
Créanme, que ni lo he intentado
Solo les cuento lo que he vivido.
EPÍLOGO
Hemos visto en recientes publicaciones, una sentencia popular que viene a decir: “Los pueblos que tienen memoria, progresan”, más nos valdría no perderla aunque para ello, quien se lo relata, haya tenido que recurrir a elucubraciones del calibre de la que les pongo delante.
Eugenio Martínez García.